Moto Morini Calibro, nueva custom a la italiana
“Piano ma non troppo”. Despacio pero no en exceso. Así está siendo en los últimos tiempos la progresión de Moto Morini, la marca italiana fundada por Alfonso Morini en 1937 en la ciudad de Bologna.
El traslado en 2013 a la población de Trivolzio, en la provincia de Pavía, próxima a Milán, marcó el comienzo de una nueva era que, en 2020, recibía un impulso definitivo con la compra por parte del grupo Zhongneng Vehicle Group.
Bajo el respaldo asiático y la posibilidad de una fábrica más eficiente en China, Moto Morini ha podido concentrar los esfuerzos de su departamento de I+D de su sede en Pavía en desarrollar una nueva gama de motos.
El primer fruto de la nueva situación fue el nuevo motor bicilíndrico de cilindrada media que impulsó, primero, a la X-Cape, la trail que se ha convertido en el nuevo buque insignia de la marca y que acapara el 70 % de las ventas de Moto Morini.
Este dos cilindros en línea se emplearía a continuación en un segundo modelo, la Seiemmezzo, que a su vez se divide en dos variantes; la naked STR y la scrambler SCR.
La ambición de la firma de la doble M quedó reflejada en el EICMA de Milán del año pasado, donde se mostraron futuros modelos como una X-Cape 1200 y la nueva Milano, ambas con la evolución del anterior V2 de la marca; o la reedición de la Corsaro (naked y carenada) con un inédito motor V2 de 750
Una moto custom de media cilindrada era otro de los proyectos exhibidos y, al parecer, el que más avanzado estaba, pues ahora se materializa en el lanzamiento de la Calibro.
Evolución
Si bien el segmento custom no había sido uno de los más explotados por la longeva marca italiana, esta nueva moto busca resucitar el espíritu de la Excalibur que formó parte de la gama de Moto Morini a finales de los ochenta y principios de los noventa –de hecho, se ha escogido el nombre Calibro por su similitud fonética-.
La marca ha visto posibilidades de crecimiento en este segmento poco explotado, así que el objetivo ha sido el de ofrecer un modelo custom versátil y de orientación urbana e inter-urbana, con una estructura sencilla que satisfaga a usuarios noveles en motos de media cilindrada pero también a otros pilotos más experimentados con ganas de un conjunto eficaz en el día a día.
Se ha evolucionado el motor de la X-Cape para su incorporación en la Calibro
Para ello, los técnicos de Moto Morini han partido de la conocida mecánica bicilíndrica en línea de la X-Cape y la Seiemmezzo. De esta mantiene gran parte de su estructura, tanto los cárteres como el cigüeñal, el embrague, los sistemas de lubricación y refrigeración, y la inyección Bosch.
La principal diferencia radica en los cilindros que aumentan la carrera hasta los 64 mm, con lo que el cubicaje crece hasta los 693 cc -649 cc en sus hermanas-. Está variación ha permitido incrementar la potencia hasta los 69 CV y, más importante, el par motor hasta los 68 Nm.
Por otro lado, buscando reforzar la condición de moto fácil y accesible en todas sus facetas, también la del mantenimiento rutinario, se ha adoptado un a transmisión secundaria por correa dentada; cuya configuración también ha permitido variar el desarrollo final en busca de un tacto más custom.
En Moto Morini han elaborado un apartado ciclo específico para el cometido de la Calibro, que nada tiene que ver con el de la X-Cape y el de la Seiemmezzo, salvo por el chasis de tipo tubular y fabricado en acero al cromo molibdeno.
Pero la estructura difiere notablemente en la geometría de la dirección -mayor lanzamiento- y el diseño del subchasis, para bajar al máximo la altura de la parte trasera y establecer una ajustada altura de asiento -725 mm-; además de seguir los cánones de la categoría.
La horquilla convencional de 41 mm, los dos amortiguadores traseros -regulables en precarga-, los frenos monodisco en cada eje con material hidráulico J.Juan y ABS Bosch y las ruedas Timsun-con dos medidas homologadas para cada eje-, confirman la sencillez estructural de la Calibro.
Un modelo que estará disponible en España a partir del mes de agosto, y en dos variantes: la estándar, en colores negro/gris y negro/rojo a un precio de 7.090 euros; y la versión bagger (8.190 euros) con unas estilizadas maletas laterales, carenado frontal y asiento monoplaza -únicamente en color negro-. Confirmar, también, que ambos modelos estarán disponibles en las variantes limitadas para carnet A2.
Sin estridencias
Moto Morini convocaba a la prensa especializada en su sede de Trivolzio para el lanzamiento de la nueva Calibro. Allí pudimos conocer las instalaciones y los diversos departamenos de diseño, logística, administración y desarrollo, además de contemplar algunos prototipos de las futuras Corsaro 750, Milano y X-Cape 1200 -ésta será previsiblemente la siguiente en llegar, durante la primavera del próximo curso-.
Cómo no, también pudimos analizar en detalle la nueva Calibro y mantener una breve toma de contacto -solo con la versión estándar, no la bagger-. Los técnicos de Moto Morini no faltan a la verdad cuando afirman que se trata de una moto sencilla. Así lo percibimos al ponernos a sus mandos y encontrar unas piñas con los botones habituales del arranque, el de pare, las luces y los intermitentes (cada uno a un lado, al estilo de las custom americanas...); pero sin ese sinfín de controles que acostumbran a llevar las motos actuales para ajustes varios del control de tracción, los modos de motor, etc.
El confort del puesto de mandos es uno de los puntos fuertes de esta custom
El cuadro de instrumentos recurre al clásico reloj circular con tacómetro de “estilo analógico” y una pequeña pantalla digital para el resto de la información habitual (velocidad, nivel de combustible, temperatura...). En el lateral del reloj encontramos los dos botoncitos de toda la vida para cambiar del parcial al odómetro y poco más, sin tener que preocuparnos de los modos de presentación, la conectividad con el móvil ni nada de eso -aunque sí existe una toma usb en el lado izquierdo de la dirección-.
Algo normal, pues esta moto carece de todos esos gadgets y su esencia es de lo más básica: arrancar, iniciar la marcha y detenerse cuando lleguemos al destino o se acabe la gasolina. Bueno, mejor dicho, cuando se acabe la energía del usuario, pues con su depósito de 15 litros y unos consumos bastante ajustados, la Calibro tiene autonomía como para “una semana sin repostar” -unos 300 kilómetros-.
Eso sí, esta Moto Morini también resulta frugal para con el cansancio del usuario, pues el confort del puesto de mandos es uno de los grandes puntos fuertes de esta custom. El manillar plantea una altura y situación ideales, permitiendo controlar con precisión la moto pero sin sobrecargar los brazos ni el torso.
También roza la perfección el asiento, de mullido confortable y formas acertadas, mientras que las estriberas no están exageradamente adelantadas, pero sí lo suficiente para que el piloto sienta que está de verdad sobre una moto custom. Estriberas que, por cierto, ofrecen una segunda posición más atrasada para quien prefiera una configuración más convencional.
Los únicos puntos discordantes los encontramos en que la tapa del embrague sobresale bastante en el lateral derecho del motor y el pie puede quedar un poco forzado sobre la estribera. Además, el accionamiento del embrague y el cambio parece un poco más tosco de lo ideal.
En marcha, la Calibro vuelve a transmitir una sincera sencillez que le permite cumplir con acierto en sus funciones básicas sin perder el tiempo en filigranas estériles. El chasis es otro de los puntos fuertes de este modelo y que convencerá por igual a usuarios de diferentes niveles de experiencia.
La Moto Morini denota un lanzamiento de dirección notable que confiere un comportamiento muy noble, aplomado y confiable a velocidades medias y altas. En curvas más cerradas pide algo de anticipación para marcar la trazada pero una vez acostumbrados posibilita una conducción totalmente placentera y entretenida; aunque siempre sin excesos pues las estriberas rozan con el suelo bastante pronto.
Lo bueno es que, a baja velocidad, la ajustada estatura del conjunto posibilita callejear con gran facilidad y total seguridad; tanto que llega a enmascarar en gran medida sus 200 kilos de peso (dato declarado sin gasolina).
Sin duda, los técnicos italianos han estado muy acertados para configurar un conjunto que, aun transmitiendo la sensación de ser una moto “de verdad”, está muy bien pensada para usuarios noveles en manejo de modelos de media cilindrada.
Las suspensiones cumplen con su cometido aunque, como buena moto custom, no esperéis altas dosis de absorción ni confort ante firmes irregulares, especialmente en el caso de los dos amortiguadores. Similar valoración, hacia el rendimiento de los frenos, eficaces ante un uso común pero que a ritmos más alegres piden anticipación y contundencia sobre los mandos.
Músculo
El trabajo de evolución sobre el bicilíndrico en línea también ha dado sus frutos, pues el aumento de cilindrada se traduce en una mayor sensación de par motor y empuje desde bajas vueltas.
De esta forma, la Calibro transmite ciertamente la sensación de estar sobre una montura “musculosa”, al menos más de lo que se podría pensar por su cilindrada. Así lo pensamos por su entrega directa e inmediata desde muy abajo, que permite una conducción animada pero controlada en marchas largas incluso a velocidades bajas.
El motor se queda en un feliz punto intermedio en el que no intimida pero tampoco se nos hace corto
La entrega se aplana un poco entre 4.000 y 5.500 revoluciones, pero a partir de las seis mil vueltas surge un nuevo arreón de los caballos que culmina con una estirada sorprendentemente elástica para una moto de este tipo, pues parece encajar más con un modelo naked o deportivo que con una custom. Eso sí, la alegría en la parte alta del cuentavueltas también va asociada a un incremento de las vibraciones mecánicas, aunque sin llegar a ser excesivamente críticas.
En cualquier caso, el nivel de prestaciones, con sus 69 caballos, se queda en un feliz punto intermedio en el que no intimida pero que tampoco nos deja la vacía sensación de quedarnos cortos a los pocos meses y privarnos de un uso de lo más versátil.
Finalmente, en cuanto a la percepción de calidad, la Calibro cuenta con detalles que hablan bien de su “empaque” como el diseño del depósito y los guardabarros metálicos, aunque la presencia de ciertos plásticos, cableado, soportes y tornillería hacen más creíble su ajustado precio.
Ficha técnica
• Precio: 7.090 € (versión estándar) y 8.190 € (versión bagger).
• Motor: 4T, 2 cil. en línea, refrigeración por agua.
• Diámetro x carrera: 83 x 64 mm.
• Cilindrada: 693 c.
• Compresión: 11,6:1.
• Potencia máxima declarada: 50,8 kW (69 CV) a 8.500 rpm.
• Par máximo declarado: 68 Nm a 6.500 rpm.
• Transmisión secundaria: Cadena.
• Cambio: 6 relaciones.
• Chasis: Multitubular en acero con cuna doble.
• Geometría (avance): N.D.
• Suspensión delantera: Horquilla convencional de 41 mm de diámetro. Recorrido de 120 mm.
• Suspensión trasera: Doble amortiguador. Recorrido de 100 mm. Regulable en precarga.
• Freno delantero: Un disco de 320 mm. Pinza J.Juan de dos pistones.
• Freno trasero: Disco de 255 mm. Pinza J.Juan de un pistón.
• Ruedas: Delantera; 130/70-18" o 130/70-18". Trasero; 180/65-16" o 180/70-16".
• Neumáticos: Timsun.
• Capacidad depósito: 15 litros.
• Distancia entre ejes: 1.490 mm.
• Altura asiento: 725 mm.
• Peso (vacío): 200 kg.
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